El animal prehistórico que nada, bucea… y está siendo redescubierto

Por Punto Curioso · 31 de mayo de 2025

Tapir brasileño

En medio de la selva tropical, entre ramas densas y sonidos que apenas entendemos, se esconde un animal que parece sacado de una mezcla de cuentos: cuerpo de cerdo, hocico de elefante… y un andar tranquilo como si nada le perturbara.

No es muy conocido, y probablemente nunca hayas oído hablar demasiado de él, pero este animal prehistórico está despertando la curiosidad de científicos y exploradores en todo el mundo. Y no solo por su aspecto.

Su nombre, aunque peculiar, no es lo más fascinante. Lo verdaderamente asombroso es su historia… y su presente.

Una criatura que sobrevivió al tiempo

El tapir es uno de los mamíferos más antiguos que existen hoy en día. Se ha mantenido casi sin cambios desde hace millones de años, lo que lo convierte en una especie “reliquia” de la evolución. Mientras otros desaparecieron, él se adaptó… despacito, sin hacer ruido.

Puede encontrarse en lugares tan distintos como América Central, Sudamérica y el sudeste asiático, donde habita en bosques húmedos y zonas pantanosas. Es un animal solitario, que prefiere moverse al atardecer y al amanecer, evitando el bullicio de la luz del día.

Una nariz multiusos

Su hocico flexible —una mezcla entre trompa y nariz— es su herramienta estrella: le sirve para oler, agarrar hojas, e incluso bucear mientras busca alimento bajo el agua. Porque sí, el tapir también nada. Y no se le da nada mal.

Pero además de ser un superviviente silencioso, el tapir tiene otra razón para estar en boca de todos últimamente…

¿El animal del año?

Recientemente, el tapir ha sido elegido como símbolo de conservación por varios organismos internacionales. Su situación vulnerable y su importancia en los ecosistemas han hecho que muchos lo vean como el nuevo “oso panda” de la selva: tierno, desconocido y absolutamente necesario.

📍 Dato curioso

¿Sabías que los bebés tapir nacen con manchas blancas y marrones, muy parecidos a los jabatos? Este camuflaje natural los protege de los depredadores durante los primeros meses de vida.

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