Por Punto Curioso · 10 de junio de 2025
Hay frutas dulces, frutas ácidas y frutas raras. Pero hay una que divide al mundo: o la amas… o sales corriendo. Dicen que huele a cloaca, a cebolla podrida, a calcetines húmedos abandonados en verano. Y aún así, hay gente que pagaría más de 300 euros por una sola pieza.
En algunos países, está prohibida en hoteles, aviones y transportes públicos. Incluso hay señales con su silueta tachada, como si fuera un arma química. Pero en otros lugares es un manjar sagrado, reservado para ocasiones especiales.
Su textura es cremosa, su sabor es indescriptible, y su presencia… inolvidable. ¿Qué tiene esta fruta para provocar tanta devoción y tanto rechazo a la vez?
Un aroma que divide al mundo
La clave está en su olor: una mezcla de azufre, ajo y dulce fermentado que golpea antes siquiera de abrirla. Sin embargo, quienes superan la primera impresión, descubren un interior suave como una crema pastelera tropical, con notas que recuerdan al mango, la vainilla o el queso fuerte.
En mercados del sudeste asiático se la trata como a una joya. Y sí, hay verdaderos fanáticos que hacen rutas gastronómicas solo para probarla fresca en temporada.
Durián, el rey maloliente de las frutas
Su nombre es durián, y es originaria de Malasia, Indonesia y Tailandia. Algunos ejemplares se subastan por precios que superan el de un smartphone de gama alta. Se le atribuyen propiedades afrodisíacas, energéticas y hasta místicas.
¿Vale lo que cuesta? Para muchos, sí. Para otros, ni regalado. Lo cierto es que, una vez que lo hueles, jamás lo olvidas.
🍽 Dato curioso
El durián puede costar más de 1.000 euros por unidad en subastas premium… y está prohibido en hoteles de lujo por su olor insoportable.
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