Por Punto Curioso · 10 de junio de 2025

Imagina caminar por una calle en la que no ves el cielo. Sobre tu cabeza, toneladas de piedra parecen suspendidas en el aire, formando un techo natural que cubre toda la calle. Pero no estás en una cueva: estás en un pueblo.
Las casas parecen incrustadas en la montaña. Algunas tienen paredes de piedra sin tallar, otras están construidas justo bajo un saliente rocoso que sobresale varios metros. Y todo convive con normalidad: bares, tiendas y vecinos que saludan con tranquilidad.
Uno pensaría que es peligroso vivir así. Pero aquí, la roca no asusta: protege. Sirve de refugio contra el sol, la lluvia… y hasta contra la rutina visual de los pueblos comunes.
Arquitectura esculpida por la roca
En este lugar, los edificios se adaptaron al entorno sin destruirlo. La naturaleza no se apartó: fue abrazada. Las casas no tienen tejado, porque ya lo pone la propia montaña. Y ese recurso se ha mantenido durante siglos.
El resultado es una fusión entre lo urbano y lo geológico, entre el hogar y el refugio natural. Algunos interiores conservan techos irregulares de piedra viva que parecen esculpidos por el tiempo.
Setenil, el pueblo bajo la roca
Este rincón se llama Setenil de las Bodegas, y se encuentra en la provincia de Cádiz, al sur de España. Su origen se remonta a tiempos medievales, y hoy es uno de los ejemplos más sorprendentes de integración entre pueblo y paisaje.
Calles como la de las Cuevas del Sol o la de las Cuevas de la Sombra son famosas porque la roca actúa como un techo natural. Y no es decorado: es real, pesado, imponente… y estable desde hace generaciones.
📍 Dato curioso
En algunas calles de Setenil, no entra el sol… porque la roca hace de techo natural, cubriendo toda la calle como si fuera una losa suspendida.
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